13/4/16

La cerveza; contra el cáncer y la impotencia [13-4-16]


La cerveza; contra el cáncer y la impotencia

Ser un practicante de los rituales que impone la cerveza puede tener como beneficio extra el de mejorar la salud. Bebida con moderación, la ingesta de una de las bebidas más consumidas en el mundo se transforma en un antídoto para enfermedades graves.

Según una serie de estudios científicos, la ceremonia de sentarse al atardecer a beber una fresca y sabrosa cerveza puede tal vez fijar las grasas y no ayudar a perder peso, pero colabora, por ejemplo, a no perder masa ósea.

La documentación acreditada por los especialistas asegura que el consumo de cantidades moderadas de cerveza tiene un efecto saludable en el ser humano.

Investigadores de la Universidad de Oregón probaron que las altas propiedades estrogénicas del lúpulo de la cerveza, más potentes que las de la soja, pueden hacer que se utilice en el futuro en lugar de la terapia hormonal sustitutiva. Relacionando ello con el riesgo de osteoporosis, algunos fitoestrógenos del lúpulo de la cerveza son especialmente activos para evitar las pérdidas óseas.

Otros datos compilados en el portal Vida Saludable aseguran que, siempre en prudentes cantidades, ayuda a disminuir el riesgo de formación de cálculos renales y hepáticos.

Existen investigaciones en la que se comprobaron las propiedades anti-cáncer de los componentes de la cerveza. El lúpulo (una planta trepadora de la familia de las cannabinaceas que se cultiva principalmente para elaborar cerveza por su poder de amargor), por ejemplo, contiene flavonoides que inhiben ciertos tipos de cánceres en cultivos celulares.

En el mismo rubro, un grupo de científicos japonés estudió 27 diferentes tipos cervezas en todo el mundo y encontró que contenían potentes sustancias inhibidoras contra diversos carcinógenos producidos durante la cocción de los alimentos. También la cerveza muestra un efecto protector frente a la bacteria Helicobacter pylori, causante de muchos cánceres de estómago.

Fuente de juventud

Respecto al envejecimiento y deterioro mental, también existen datos a favor del consumo moderado de cerveza. Algunos se deben a su efecto dilatador sanguíneo, sus propiedades diuréticas y su ayuda para mejorar el sueño.

Al respecto, una investigación realizada en la Universidad de Indiana sobre 4000 parejas de hermanos varones gemelos descubrió que, entre ellos, los bebedores moderados de cerveza lograron mayores puntuaciones en las pruebas de capacidad mental que los no bebedores o los muy bebedores.

Otro estudio realizado en Holanda arrojó como resultado que los bebedores moderados de cerveza tenían un menor riesgo de contraer la enfermedad de Alzheimer.

El doctor Pavel Zemek, investigador del Centro Checo de Gerontología, descubrió en la cerveza un dato clave para los hombres: beber dos latas diarias retrasa la impotencia.

Alegría al corazón

Uno de los últimos descubrimiento acerca de las propiedades curativas de la cerveza fue publicado recientemente por la revista New England Journal of Medicine y asegura que disminuye el riesgo de ataques cardíacos.

Sí, para felicidad de los adoradores de la “birra”, la investigación –realizada durante 12 años sobre 38.077 hombres- arrojó que quienes consumen un mínimo de cuatro cervezas (pequeñas) semanales tuvieron un 33 % menos de posibilidades de sufrir paros cardíacos.

En tanto, otra investigación realizada en la Universidad de Emory durante un período de 14 años que entre hombres y mujeres con una edad media de 74 años, dio como resultado que aquellos que bebían al menos una lata io diaria tenían entre un 20 y 50% menos de riesgos de sufrir un infarto cardíaco.

Según las explicaciones científicas la ingesta moderada de cerveza incrementa los niveles de ácido fólico y de antioxidantes y disminuye los de colesterol y de fibrinógeno, todo lo cual favorece la salud cardiovascular.

En el mismo campo de riesgos cardiovasculares, un trabajo norteamericano sobre mujeres posmenopáusicas encontró que el consumo de una lata de cerveza a diario disminuyó el colesterol malo y aumentó la concentración del colesterol bueno.

Con tanto respaldo científico, que mejor que disfrutar de una buena cerveza fría y asegurarle al cuerpo y el corazón larga vida.

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